lunes, 8 de noviembre de 2010

Tanteando el camino a seguir


Iba caminando muy despacio, pero con los ojos cerrados, caminaba sobre algo blando, con presencia húmeda, hacia poco había llovido no mucho, creí y luego afirmé al tocarlo que era nada más ni nada menos pasto, sí el verde. No quise abrir los ojos después de aquella vez, supuse que asi podría vivir mi realidad, sin ver lo que no quería, dejando atrás lo que conocí y luego quise evitar conocerlo. Aquí estaba mi propio mundo, el sol calentaba mis mañanas de invierno, me daba calor los días de verano. Yo también podría distinguir las estaciones sin mirar un calendario. Podía contar las horas por la situación del lugar. Aprendí mucho estando ciega, como los ojos no los abría pues, cada vez que quería llorar, lograba conectarme con otro momento, evitaba el llanto si. Me sentía bien en mi burbuja. Y el motivo de querer estar a solas todo el tiempo, fueron muchos. En la soledad encontré la calma de las personas decepcionadas por la vida. Si asi es, una gran decepción de parte de una parte del todo y de mí misma también, de lo que podía observar frente a espejo. No quise lastimarme más, no quise que me lastimen más, comprendí entonces que en el centro de las cosas, está uno mismo y es por uno mismo que vivimos, y lamentablemente aunque no quisieramos somos egoístas con nosotros y con todos, porque es la ley del ser humano, porque existe el pensamiento.
Así estando ciega de todos, quise quedarme sorda aún. Ya no me molestaba lo que miraba, pero me hería de tal manera al escucharlos.
Es entonces que entendí que uno no puede escaparle a la vida, a la rueda de la suerte o la no suerte de vivir dichadamente o desdichadamente. Porque siendo como era, olvidada por los sentidos y ovnubilada por el viento, los olores, las nubes mismas, senti como por algún lado toda esa información que no quería recibir la asimilaba de tal forma, que no valía la pena suprimir mis sentidos, las características de mi especie. No me quedaba otra que enfrentarme, volver a ver colores, oír de nuevo y escuchar de nuevo.
La rutina te maltrata, la vida se encarga de que te cueste todo, que te des cuenta de lo que tenés que hacer. Sino sabes el camino que seguir estás perdido, pero bueno.. somos muchos los 'sin ruta'; el asunto es encontrarle la vuelta al rulo.. poner punto de inicio y resistir.. No dejarse caer, no dejarte vencer por los miedos de todos los días, chocarse con los demás es parte de existir y reclamar un lugar en el mundo.
Atte.
Alguien tanteando el rumbo.
Aquí vamos!